Los Birkner, 8 atletas olímpicos que llevaron a Argentina a las cumbres mundiales

La familia Birkner, desde las montañas de Bariloche, pintaron un legado olímpico que pocos en el mundo pueden igualar. Ocho miembros representaron a Argentina en diferentes Juegos Olímpicos de Invierno, una dinastía deportiva que comenzó con un sueño inesperado en 1969.

Bariloche como punto de partida

La historia empezó en 1969, cuando Jorge Birkner, un ingeniero agrónomo, decidió mudarse con su familia de Buenos Aires a Bariloche. Según Olympics.com, lo hizo por trabajo, aunque terminó iniciando algo más grande. Con Cerro Catedral como parque de juegos, sus hijos aprendieron a esquiar mientras participaban en competiciones locales. “Con un abono de temporada, pasábamos el invierno entero sobre esquíes”, contó Jorge Birkner Jr. al diario La Nación. Así la familia pasaba inviernos deslizándose y compitiendo, mientras aprendían bajo la visión de Helga Sista de Salvatelli, olímpica argentina en Grenoble 1968.

Los hermanos Jorge Jr. y Magdalena abrieron el camino en Sarajevo 1984, poniendo un pie en la historia olímpica de Argentina. Para ellos, el esquí dejó de ser solo un pasatiempo y se convirtió en una misión familiar.

Una pasión que desafió fronteras

A finales de los ochenta, Teresa Birkner y Mario Simari decidieron sacrificarlo todo por el sueño de sus hijos. Vendieron lo que tenían y se trasladaron a Italia, donde vivieron prácticamente en las pistas de Trento y Lombardía.

Allí, en medio de los Alpes, Cristian, María Belén y Macarena perfeccionaron su técnica en circuitos europeos. Con el tiempo, Mario se convirtió en entrenador, y Teresa administró cada detalle.

“Jamás imaginé que mis hijos competirían profesionalmente, pero se destacó el potencial. Decidimos apostar el 100% a este sueño”, señaló Teresa. Así nacieron los Simari Birkner como fuerza arrolladora en el esquí.

Esta decisión rindió frutos. Cristian debutó en Salt Lake City 2002, convirtiéndose en abanderado argentino y logrando una histórica posición 17º en el eslalon. Ese mismo año, Macarena y María Belén siguieron sus pasos, mostrando que el esfuerzo colectivo se traduce en gloria deportiva.

La nueva generación pisa fuerte

Los Birkner Simari viajaron y compitieron juntos durante décadas. Incluso cuando la economía o las políticas olímpicas se interpusieron, lucharon por mantenerse unidos en la competición. En Vancouver 2010, Cristian volvió a liderar la delegación, mientras Macarena y María Belén compitieron una vez más, solidificando el legado familiar.

Aunque la cadena olímpica se rompió en PyeongChang 2018 debido a criterios de selección, Cristian expresó su deseo de mantener ese legado con nuevas generaciones. Tomás Birkner de Miguel, primo de Cristian, lideró la promesa familiar renovando su participación en Beijing 2022.

Línea de tiempo de los Birkner en los Juegos Olímpicos

1984 - Sarajevo, Yugoslavia

• Jorge Birkner Jr. - 22º puesto en eslalon masculino.
• Magdalena Birkner - 18º lugar en eslalon femenino.

1988 - Calgary, Canadá

• Jorge Birkner Jr. y Magdalena Birkner - Continuaron representando a Argentina.
• Ignacio Birkner - Debutó y finalizó 46º en eslalon gigante.
• Carolina Birkner - Quedó entre las 25 primeras en varias pruebas, incluyendo eslalon y combinada.

2002 - Salt Lake City, Estados Unidos

• Cristian Simari Birkner - Alcanzó el puesto 17º en eslalon. Fue abanderado argentino.
• María Belén Simari Birkner - Competencia destacada en combinada con un sólido 17º lugar.
• Macarena Simari Birkner - Hizo su debut olímpico.

2006 - Turín, Italia

• Cristian volvió como abanderado, acompañado nuevamente por Macarena y María Belén.

2010 - Vancouver, Canadá

• Cristian lideró por tercera vez al equipo argentino, junto con sus hermanas.

2014 - Sochi, Rusia

• Jorge Birkner Ketelhohn se unió a la historia familiar con un 49º puesto en supergigante.
• Cristian, en su cuarto Juego Olímpico, continuó en la élite.

2022 - Beijing, China

• Tomás Birkner de Miguel renovó la tradición familiar tras destacarse en el circuito FIS.

El apellido Birkner simboliza mucho más que su éxito en los Juegos Olímpicos. Representa esfuerzo, unión y resiliencia. Desde los sacrificios de Teresa y Mario hasta la promesa de las próximas generaciones, la familia demostró que no se necesita nieve constante para llegar a la cima.

El legado de los Birkner continúa desafiando límites. A medida que nuevas generaciones tomen el relevo, queda claro que esta dinastía no se conforma con deslizarse, sino con dejar huella con cada giro en la montaña.