Diana Taurasi no jugó al baloncesto; dominó, transformó y expandió los límites de lo que una jugadora puede lograr. A sus 42 años y tras 20 temporadas con el Phoenix Mercury, dice adiós a las duelas, pero no a su lugar eterno en nuestros corazones. Con cifras inigualables, impactó no solo el deporte, también dejó una huella cultural que honra sus raíces latinas y su capacidad para inspirar.
Más que números, un legado de excelencia
Taurasi arrasó con cada categoría en el baloncesto femenino. Se retira como la máxima anotadora en la historia de la WNBA con 10,646 puntos, una cifra inalcanzable para cualquiera hasta ahora. De hecho, según CNN, su cifra histórica la coloca casi 3,000 unidades por encima de Tina Charles, su más cercana competidora. Además, acumuló:
- Seis medallas de oro olímpicas, siendo la única jugadora en lograrlo.
- Tres títulos de la WNBA (2007, 2009 y 2014), siempre con los Phoenix Mercury.
- Registro perfecto de 42 victorias y cero derrotas en partidos olímpicos.
- Tres campeonatos de la WNBA en 2007, 2009 y 2014.
- 11 veces All-Star de WNBA y cinco temporadas como líder anotadora de la liga.
- Seis títulos de la EuroLiga y siete campeonatos de la Liga Nacional Rusa.
Sue Bird, su compañera inseparable, lo resumió de forma clara: “Ella eleva a quienes la rodean. Es la definición de grandeza”. Incluso LeBron James comentó a TIME lo especial que fue "ver a alguien con esa confianza y ferocidad marcar cada partido en cualquier escenario".
Sus raíces latinas como brújula
Hija orgullosa de inmigrantes, Diana creció en Chino, California, en un hogar profundamente influenciado por la cultura argentina e italiana. “Mi casa era como un pedacito de Argentina; hablábamos español, comíamos milanesas y mirábamos fútbol”, admitió Taurasi durante una conversación con La Nación en 2023. Su madre, Liliana, y su padre, Mario, oriundos de Argentina, no solo le inculcaron esos valores, sino que hicieron sacrificios enormes para impulsar su carrera.
En la secundaria, sus padres llegaron a utilizar dinero de un recibo de luz para comprar las zapatillas Nike que Diana necesitaba. “Ellos siempre pusieron mis sueños primero”, compartió Taurasi. Inspirada también por figuras como Diego Maradona y Manu Ginóbili, Diana afirmó que su mayor aspiración era “transformar la WNBA, como Manu lo hizo con la NBA”.
Phoenix se convirtió en el hogar donde su conexión con sus raíces creció aún más. En eventos como el Día Latina, organizados por los Phoenix Mercury, Diana destacó tanto en el marcador como fuera de la cancha. “Siempre hay un vínculo fuerte entre los latinos, independientemente de si eres de México, Argentina o Guatemala. Eso es lo que amo de esta comunidad”, comentó a Biz Journals luego de anotar 31 puntos frente a una audiencia enérgica.
Diana Taurasi revolucionó el baloncesto femenino
Durante su carrera, Diana desafió normas y demostró que el baloncesto femenino puede tener tanta fuerza como el masculino. En 2012, protestó contra los uniformes ajustados que FIBA quería imponer, argumentando que eran irrespetuosos para las mujeres, y recibió multas por ello. Pero en lugar de retroceder, reforzó su papel como voz de cambio.
Mat Ishbia, propietario de los Phoenix Mercury, la describió como “la jugadora más importante de nuestra franquicia y, probablemente, de la historia de Arizona. Ella transformó el baloncesto” y enfatizó cómo Taurasi “cambió para siempre el juego y nuestra comunidad”.
"Cuando ves los registros, Diana no solo lidera en puntos. Lidera en impacto"
Detalles que marcan la diferencia
Más allá de las estadísticas, Diana regaló momentos que quedan grabados en la memoria de sus fanáticos. Desde su épico encuentro con Diego Maradona en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, organizado por Adam Silver, hasta su negativa a usar los polémicos uniformes ajustados que FIBA impuso en 2012, Taurasi mostró que su carácter va mucho más allá de lo deportivo.
En una anécdota recogida por TIME, su juventud rebelde quedó clara cuando en la universidad se negó a practicar cómo caer al suelo al recibir una falta. Geno Auriemma, coach de UConn, señaló entre risas que lo más difícil de entrenar a Diana era “convencerla de hacer algo que no quería, y no se le podía obligar”. Pero esa misma terquedad la convirtió en una de las jugadoras más resistentes y comprometidas.
Su despedida llena de emociones
En su último discurso tras el cierre de la temporada 2024, Diana conmovió a todos al hablar desde el corazón. Agradeció a los aficionados y su equipo diciendo, “Gracias por permitirnos crecer como equipo y como liga. Si esta fue mi última vez, se sintió como la primera; auténtica, pura, llena de amor por el juego”.
Para jugadoras actuales y futuras, Taurasi seguirá como ejemplo. LeBron James resumió su influencia con estas palabras: “Ver a niñas imitándola, jugando como ella, es un regalo invaluable”.
Natisha Cloud, su compañera en los Phoenix Mercury, destacó en Phoenix Business Journal que Taurasi fue “la roca en la que todas confiamos. Él espíritu de ella vivirá siempre en este equipo”.
Y ahora, ¿qué sigue para Diana Taurasi?
Tras despedirse oficialmente, Diana ya planifica cómo será esta nueva etapa. En entrevistas recientes explicó que quiere pasar más tiempo con su familia, en especial con sus hijos Leo, de siete años, e Isla, de tres. “Ser mamá ha sido mi mayor reto, pero también mi logro más significativo”, confesó en declaraciones a TIME.
En su último mensaje, Taurasi agradeció a los fans, compañeras y entrenadores que la acompañaron. “Voy a extrañar las bromas en el vestidor, los viajes en autobús y esa ansiedad por mejorar cada pretemporada”, admitió con nostalgia.
El lugar de Diana Taurasi en la historia no se mide solo en medallas o trofeos, sino en corazones, gritos de pasión y la fuerza de todas aquellas que la ven como inspiración. Su legado seguirá creciendo en cada generación que vea en su ejemplo la posibilidad de alcanzar lo imposible.