Nvidia cerró otro trimestre récord y superó las expectativas de Wall Street al reportar ingresos de $39,330 millones. Este desempeño reafirma su dominio en el mercado de chips de inteligencia artificial, y prevé alcanzar los $43,000 millones en el próximo trimestre. Blackwell se convirtió en su as bajo la manga, generando $11,000 millones en ventas durante su primer trimestre.
Pero, claro, no todo es un bed of roses en el mundo de los chips: aunque el crecimiento apunta alto, muestra signos de desaceleración.
¿Demasiado grande para seguir creciendo? El segmento de data centers ahora representa el 91% de los ingresos de Nvidia, lo que evidencia su transformación de una compañía enfocada en gaming a un líder en infraestructura de AI. Aunque esta concentración rinde frutos, también plantea riesgos al depender demasiado de un solo sector. Aquí no hay free lunch, y todos quieren su pedazo del pastel.
La sostenibilidad del crecimiento de la compañía es cuestionable, especialmente porque sus ventas se han multiplicado por diez en solo dos años y el mercado podría alcanzar un punto de saturación entre tanta competencia.
Muy bueno para ser real. Nvidia enfrenta desafíos como la competencia de chips personalizados de Amazon y Microsoft, y la posible reducción en la demanda de GPUs debido a modelos de AI más eficientes. Amazon, por ejemplo, lanzó Trainium2 y prometió un rendimiento cuatro veces superior y costos potencialmente un 50% menores que las soluciones de Nvidia.
A pesar de esto, Nvidia mantiene su dominio con una cuota de mercado del 95% en GPUs para aprendizaje automático. En otras palabras, Nvidia está en el hot seat, y aunque por ahora sigue dando la talla, el futuro no está escrito.