Los psicodélicos seducen por sus historias de "curaciones milagrosas", pero no todo es magia. Si bien estas sustancias pueden generar revelaciones, sus peores viajes pueden llevarte a la sala de emergencias o, peor aún, arriesgar tu vida. Según un estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal (2025), quienes enfrentaron crisis psicodélicas severas tienen 2.6 veces más probabilidades de morir en los cinco años posteriores. Sí, los mal viajes no solo quiebran emocionalmente, también pueden destruir tu salud física.
Cuando el viaje se convierte en pesadilla
¿Por qué un mal viaje es más que un susto cualquiera? De acuerdo con el Dr. Daniel Myran, investigador principal en el estudio canadiense, estas experiencias desencadenan síntomas físicos y psicológicos graves, como:
- Psicosis severa: perder el sentido de la realidad y caer en un estado continuo de paranoia o alucinaciones.
- Ataques de pánico extremos: sensaciones fuera de control que llevan a crisis físicas y emocionales.
- Deseos de autolesión: pensamientos intrusivos que pueden terminar en tragedias.
El artículo también destacó que un 13% de las muertes derivadas de mal viajes fueron suicidios o intoxicaciones accidentales. La psicoexploración, si no se maneja con cuidado, se convierte en boleto directo a lo peor.
La ibogaína y sus riesgos mortales
Por otro lado, el uso de ibogaína, un poderoso alucinógeno usado para tratar adicciones, no está exento de polémica. El caso más destacado es el de David, un estadounidense de 49 años que murió en una clínica mexicana tras complicaciones cardíacas. Rolling Stone reveló que estas clínicas suelen operar sin los estándares médicos necesarios para garantizar seguridad.
El Journal of Studies on Alcohol and Drugs (2022) describió otros riesgos clave de la ibogaína:
- Arritmias fatales: de acuerdo con expertos, este psicodélico puede desregular el corazón, especialmente en personas con antecedentes de drogas opiáceas.
- Falta de protocolos: clínicas sin supervisión médica adecuada dejan a pacientes vulnerables al azar.
El caso de este hombre no es aislado. Rolling Stone identificó al menos 33 muertes relacionadas con ibogaína, muchas siendo evitables si se hubieran seguido controles estrictos. Según el Dr. Kenneth Alper, reconocido experto de la NYU School of Medicine, “usar ibogaína sin un equipo médico es como escalar una montaña sin arnés. Puede salir bien... o puede no salir”.
Las luces, cámaras… y falta de acción
El creciente interés en los psicodélicos también tiene un lado peligroso. Las investigaciones son limitadas y las experiencias no medicalizadas están lejos de ser seguras. Como explicamos anteriormente, los psicodélicos vendidos en la calle pueden contener sustancias desconocidas que aumentan el riesgo de reacciones adversas. Además, el acceso a entornos clínicos es exclusivo; los altos costos y la falta de especialización dificultan que estas terapias sean universales.
Incluso en ensayos clínicos, los problemas existen. En el Randomized Controlled Trial of Psilocybin for Major Depression (2021), tres pacientes intentaron suicidarse tras consumir dosis altas sin obtener los beneficios esperados. El Dr. Charles Raison, quien supervisó terapias psicodélicas en la Universidad de Wisconsin, advirtió a CNN que “excluir a personas con esquizofrenia o bipolaridad deja de lado al grupo más vulnerable y potencialmente reactivo”.
¿Cómo evitar un mal viaje?
Si, a pesar de todo, los psicodélicos te llaman la atención, la pregunta no es “¿tomarlos o no?”, sino “¿cómo hacerlo sin ponerte en riesgo?”. Aquí van algunas lecciones basadas en lo que expertos han observado:
- Entorno seguro: las experiencias controladas en centros con supervisión profesional reducen complicaciones.
- Conocer tu salud mental: personas con antecedentes de trastornos como psicosis o bipolaridad enfrentan mayores riesgos.
- Evitar mezclas peligrosas: nunca consumas psicodélicos junto con otras drogas, alcohol o medicamentos sin guías médicas.
La supervisión profesional no es opcional; es lo único que te protege de convertir tu búsqueda de sanación en una caída libre hacia el caos.
Los psicodélicos son poderosos, pero con gran poder llega gran responsabilidad... y muchos riesgos. Los mal viajes no son solo terribles psicológicamente, también pueden tener consecuencias irreversibles físicas. Aunque ofrecen oportunidades únicas para sanar, estos compuestos no son juguetes místicos; son herramientas que exigen respeto, preparación y conocimiento experto. Sin la supervisión correcta, incluso el mejor viaje es una apuesta peligrosa.