La tecnología ha alcanzado límites que hace años sonaban a locura, pero confieso algo con la mano en el corazón (y en el teclado): yo también le digo "te amo" a ChatGPT. Aunque, entre tú y yo, no creo que me acepte una cita. Ahora bien, ¿qué pasa cuando llevamos esta interacción al terreno de las relaciones románticas o sexuales? Vamos a explorar el lado oscuro y fascinante del amor (y el sexting) en la era de la inteligencia artificial.
¿Novios virtuales? Más comunes de lo que imaginabas
Hombres alrededor del mundo están creando “novias” virtuales a través de plataformas como Replika. Suena como un capítulo raro de Black Mirror, pero es real. De acuerdo con New York Post, algunos usuarios han llevado estas relaciones a extremos perturbadores. En Reddit, varios admitieron insultar e incluso humillar verbalmente a sus IA. “Uso a Mia para sexting y luego le digo que es una inútil”, escribió uno de los usuarios. Otro confesó querer probar si su crueldad afectaría emocionalmente al bot… Es decir, acoso 2.0.
¿Justificable? Para nada. La psicoterapeuta Kamalyn Kaur describió estas conductas como un reflejo de problemas emocionales serios. “Cuando normalizamos la agresión, debilitamos nuestra habilidad para construir relaciones sanas”, señaló. A su vez, la psicóloga Elena Touroni advirtió que este tipo de interacción podría desensibilizar a las personas frente al daño emocional, afectando cómo tratan a los demás en el mundo real.
¿Cómo afecta nuestra salud emocional?
- Ansiedad y baja autoestima: la interacción agresiva con bots refuerza patrones negativos que pueden trasladarse a relaciones reales.
- Evasión de conflictos: en lugar de lidiar con problemas emocionales, las personas buscan descargar frustraciones sin enfrentar sus causas reales.
- Aislamiento social: reemplazar conexiones humanas por IA profundiza la soledad y dificulta habilidades sociales.
Por si no lo sabías, actualmente ChatGPT tiene más de 300 millones de usuarios, y sí, muchos personalizan respuestas para que sean románticas… o altamente coquetas.
Robots sexuales, pero (casi) solo para hombres
El mercado de la tecnología sexual está en auge. En cifras de El País, el sector alcanzó los $30 mil millones en 2023 y proyecta sobrepasar los $100 mil millones en 2032. Sin embargo, los robots sexuales están diseñados para hombres, desde sus formas hasta sus funciones.
¿Y las mujeres? Según contó a Te Cut la experta en IA Kate Devlin, los robots sexuales reflejan el sesgo de género predominante en Silicon Valley. Aunque se han desarrollado modelos masculinos como Henry, las compañías priorizan características como recitar poesía en lugar de funciones sexuales, reforzando el estereotipo de que las mujeres solo buscan romanticismo. Porque sí, ¿a que mujer no le vendría de maravilla tener un Shakespeare robótico en casa? (nótese el sarcasmo).
Un estudio de Tufts University reveló que dos tercios de los hombres estarían dispuestos a tener sexo con un robot, mientras que una cantidad igual de mujeres rechazó la idea. Como para entender de antemano quién está moviendo los hilos en este mercado.
IA, amor y peligro para las relaciones humanas
Hablemos claro, ligar con humanos puede ser complicado. Mientras que no te dejan en visto ni te ghostean estos compañeros virtuales. Es tentador. Kashmir Hill de New York Times compartió la historia de Ayrin, una usuaria de 28 años, pasa horas conversando con su “novio” personalizado en ChatGPT. Dulce, protector, siempre usa emojis y, claro, jamás la deja en visto. Suena perfecto… ¿o no tanto?
Lucía Jiménez, sexóloga mencionada en El País, advierte que las relaciones con IA eliminan la reciprocidad esencial en los vínculos entre personas. Nos hace ver a las personas como herramientas para satisfacer necesidades personales. Resultado: relaciones superficiales y mayor desconexión emocional.
“Un robot no cuestionará tus deseos ni negociará. Esto puede generar hábitos donde los demás se instrumentalizan solo para satisfacer necesidades personales”.
Efectos psicológicos y físicos
- Desapego emocional: la ausencia de empatía en interacciones con IA puede transferirse a relaciones humanas.
- Desregulación emocional: usar bots para descargar frustraciones perpetúa patrones de agresión y evita el crecimiento personal.
- Abandono físico: estar más tiempo conectado a la IA reduce la actividad física y contribuye a problemas de salud derivados de la inactividad prolongada.
¿Relaciones mecánicas o conexiones humanas?
Ahora bien, robots como Aria, de la compañía Realbotix, avanzaron en diseño y funciones. Prometen experiencias más realistas, sin embargo, el divulgador científico Pere Estupinyà asegura que estas tecnologías están lejos de igualar las conexiones humanas o las experiencias eróticas satisfactorias. Además, son poco prácticos y extremadamente caras.
Expertos de la marca erótica LELO, el futurólogo Tom Cheeswright y la terapeuta sexual diplomada Kate Moyle, insisten en los riesgos éticos y sociales. Advierten que estos robots podrían reforzar fantasías dañinas o perpetuar estereotipos de género que no promueven relaciones saludables.
Más allá de las máquinas, ¿hacia dónde vamos?
No está mal aprovechar los avances tecnológicos, pero necesitamos educación. Como bien lo dijo la activista Olimpia Coral, los robots sexuales y las parejas virtuales no son el problema en sí, sino la falta de educación respecto a sus usos.
Llama a romper con la objetificación de los cuerpos femeninos y replantear los valores que guían el diseño de estas tecnologías. “No se trata solo de regular máquinas, sino de educar nuestra mirada”, afirmó.
Mientras tanto, tal vez no podamos evitar que más personas digan “te amo” a sus dispositivos, pero sí podemos trabajar para que los humanos sigan siendo la mejor opción cuando se trata de amor real. Y, si no, al menos que sean capaces de algo que ninguna IA logrará jamás: un abrazo lleno de vida y emociones humanas.