El clásico entre Argentina y Brasil, siempre cargado de drama, pasión y genialidades, se jugará sin Lionel Messi ni Neymar. El 10 argentino y el artista brasileño dicen “paso” esta vez, y no podemos evitar sentirnos como si el fútbol nos hubiera robado uno de esos duelos que se cuentan a los nietos.
¿Qué pasa con Messi?
Messi, quien ahora tiene 37 años, quedó fuera de la convocatoria final de Argentina para los partidos contra Brasil y Uruguay. Inicialmente, Scaloni lo incluyó en la lista preliminar, pero la situación no avanzó como esperábamos.
Leo, que recientemente brilló con Inter Miami tras anotar un gol ante Atlanta United, manejó una estricta carga de trabajo desde el inicio de la temporada de la MLS. El técnico de su equipo, Javier Mascherano, explicó a ESPN que la decisión buscó evitar lesiones que pudieran comprometerlo, aunque no hubo un diagnóstico médico específico.
Inter Miami, que ahora lo necesita tanto como Argentina alguna vez lo hizo, optó por cuidarlo en beneficio de su estado físico. Mientras tanto, la Albiceleste no parece demasiado preocupada, lidera las eliminatorias con comodidad, sumando 25 puntos en 12 encuentros. Y aunque Scaloni comenzó a darle más juego a jóvenes promesas, sin la astucia de Messi, ese duelo contra Brasil pierde algo de chispa. Esta es una transición inevitable que, aunque estratégica, duele para los que crecimos viendo su magia en los mejores escenarios.
Neymar, el retorno que no fue
Por el lado brasileño, Neymar tampoco llegará al duelo. A sus 33 años, todo indicaba que su vuelta triunfal estaba cerca, tras superar la lesión de ligamentos sufrida en 2023. Incluso brillaba de nuevo en Santos, su club de origen, con tres goles y tres asistencias en siete encuentros. Sin embargo, un problema muscular tras un juego contra Bragantino apagó las esperanzas. BBC Sport confirmó que la estrella brasileña prefirió no arriesgarse ante un posible daño mayor.
Brasil, más mal que bien, sigue en las eliminatorias ubicada en el quinto lugar, dependiendo de que Endrick, el juvenil de 18 años que ya deslumbra en el Real Madrid, haga olvidar la ausencia de Neymar. Dorival Jr., técnico de la selección, apuesta por esta renovación, pero aún queda el sabor amargo de no tener en el campo a la segunda máxima leyenda goleadora de Brasil, quien solo es superado por Cafú en partidos jugados con la selección.
Un clásico sin brillo de leyendas
Este choque entre Argentina y Brasil no será igual sin ellos. Crecimos viendo a Messi y Neymar definir partidos de alta tensión con genialidades que nadie más imaginaba. Hoy nos toca aceptar que hasta las leyendas necesitan pausa, y la nostalgia nos invade al ver cómo su talento se enfrenta al más implacable de los rivales: el tiempo.
Sin Leo, Scaloni mueve fichas hacia un fútbol más eficiente pero menos mágico, mientras Brasil, sin Neymar, confía en jóvenes prometedores que aún no cargan el peso de las estrellas. No ver a estas dos figuras deja un vacío imposible de llenar, como abrir un álbum de recuerdos que es hermoso pero también un poco triste. Ya no están en cada jugada decisiva, pero su sombra alargada se proyecta, recordándonos que hubo días en los que parecían invencibles.
NOBODY MOVE NOBODY MOVE NEYMAR AND MESSI ARE TOGETHER pic.twitter.com/FJR1jXk081
— sia ²⁴ (@fcbsiaaaa) July 11, 2021
Esta situación nos deja con una pregunta inevitable: ¿qué sigue para Messi y Neymar? Ambos siguen siendo símbolos de grandeza para millones, pero sus ausencias en citas como esta son una prueba de que el tiempo no perdona, ni siquiera a los mejores. Mientras nosotros seguimos recordando sus mejores partidos, su liderazgo y su impacto global continúan escribiendo una historia más pausada en cada aparición.
Argentina y Brasil seguirán jugando, como siempre lo han hecho, pero quienes vimos a Messi conquistar la última Copa América frente a Brasil o a Neymar deslizarse entre rivales con una sonrisa irreverente, sabemos que esos momentos no se repiten. Son leyendas. No estarán esta vez, pero su estampa sigue intacta en cada rincón donde rodó el balón. Y nosotros? Seguiremos aquí, nostalgiosos pero listos para aplaudir a los que los sucedan.