A los 33 años, Lucy Bronze no solo es una de las mejores futbolistas de su generación, sino también una voz poderosa a favor de la neurodiversidad. La defensora inglesa, estrella del Chelsea y de la selección de Inglaterra, compartió por primera vez su diagnóstico de autismo y TDAH, recibido en 2021, en busca de eliminar estigmas. Su historia muestra un lado inspirador donde sus diferencias no han sido una barrera, sino una ventaja.
Un diagnóstico que no cambia quién eres
Bronze siempre sintió que veía el mundo de forma diferente. Desde niña, su madre notó comportamientos que sugerían neurodivergencia, pero el diagnóstico oficial llegó solo cuatro años atrás.
“Siempre lo supe, pero comprenderme mejor fue lo que realmente hizo clic en mi mente”,
confesó Bronze durante una entrevista con BBC Sport.
Su diagnóstico le permitió encontrar respuestas a retos que enfrentó durante años, como dificultades para leer, dormir o conectar con otros. Cuando era pequeña, su dislexia complicó los estudios, y hasta hoy su mente parece ir a “100 kilómetros por hora” incluso al descansar, una característica común entre quienes viven con TDAH. Según Bronze, descubrir más sobre sí misma fue revelador y la ayudó a entender por qué veía y enfrentaba las cosas de manera distinta.
Retos que moldearon su carácter
Lucy enfrentó importantes desafíos sociales. Recién llegada al equipo nacional, evitaba el contacto visual y las interacciones. Casey Stoney, su compañera, incluso le mencionó que nunca la miraba a los ojos.
“No era nada personal, simplemente soy yo”,
“No era nada personal, simplemente soy yo”, explicó Lucy.
Aprendió a adaptarse observando a compañeras como Jill Scott para imitar su comportamiento y parecer “normal”. Según Women’s Health, esta técnica, conocida como enmascaramiento, se da en muchos neurodivergentes que intentan ajustarse a un entorno neurotípico, aunque puede ser agotadora.
Con el tiempo, Lucy armó su entorno con personas que respetan sus límites. Hoy sus compañeras entienden que no disfruta los abrazos, y esto la liberó de sentirse juzgada. “Antes lo hacía para complacer a otros, aunque a mí me incomodaba. Ahora he aprendido a priorizar mi bienestar”, afirmó.
Logros sobrehumanos respaldados por su "obsesión"
Lucy describe a menudo su neurodivergencia como un “superpoder”. Su enfoque extremo hacia el fútbol la llevó a conquistar 22 títulos de primer nivel, entre ellos cinco trofeos de la Champions League, una Eurocopa en 2022 y un subcampeonato en el Mundial de 2023. Además, fue finalista al Balón de Oro en 2019. A los 33 años, su nivel sigue siendo insuperable.
“Para mí no es pasión, es obsesión, y es gracias a mi autismo”,
comentó Bronze en una conversación con The Athletic.
Destacó que ella no solo vive para jugar, sino que también disfruta otras facetas como la estrategia y el trabajo administrativo en el fútbol. Su energía parece inacabable. Según compartió con BBC Sport, el entrenamiento diario no es solo trabajo; también es una vía clave para canalizar su mentalidad hiperactiva.
“Algunas chicas incluso se ríen y dicen, ‘¿segura que tienes 33? No paras nunca’. Para mí, esa energía es una fortaleza”.
Inspiración para un futuro inclusivo
Más allá de su carrera futbolística, Lucy Bronze asumió un rol como defensora de la diversidad. A través de su papel como embajadora en la National Autistic Society, lucha por derribar barreras y malentendidos sobre las personas neurodivergentes.
"Si el estigma no existiera, muchas cosas habrían sido más fáciles para mí. Es importante que los jóvenes no sientan ese aislamiento”.
Bronze aprovecha su influencia para educar y inspirar. Según ella, entender mejor las diferencias humanas no solo genera empatía, también transforma sociedades. “La clave está en promover aceptación. Esto no se trata de arreglar a nadie, sino de entendernos más profundamente”, afirmó.
Un futuro lleno de posibilidades
Aunque Lucy sigue en la cúspide de su carrera, ya piensa en lo que vendrá. “¿Qué haré cuando me retire? Muchos lo preguntan, pero siempre encuentro algo. Estoy tan obsesionada con el fútbol que no solo pienso en jugar. Me interesa todo, desde lo táctico hasta el área administrativa”, aseguró con optimismo a The New York Times.
Lucy Bronze no solo dejó huella como una de las mejores futbolistas de su generación, también inspira a millones al demostrar que las diferencias pueden ser el origen de una fuerza extraordinaria. Con sus logros y su historia, reafirma que lo excepcional radica en aceptar quién somos por completo.