En los últimos años, en Estados Unidos ha surgido una tendencia que refleja una preferencia creciente por tener mascotas en lugar de hijos. Este fenómeno está influenciado por una serie de factores socioeconómicos, culturales y personales que han moldeado las decisiones de muchas personas, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
La decisión de adoptar una mascota en lugar de tener hijos no solo responde a una elección individual, sino también a una reconfiguración de las expectativas sociales y familiares en la sociedad contemporánea.
¿Por qué tener mascotas y no hijos?
Una de las principales razones de esta tendencia es el cambio en las prioridades económicas y laborales.
El costo de criar a un niño en Estados Unidos ha aumentado considerablemente, con gastos asociados a la educación, la atención médica, la vivienda y otros aspectos fundamentales.
Según estimaciones recientes, el costo de criar a un hijo desde su nacimiento hasta la edad adulta puede superar los 230,000 dólares. Esto se suma a la creciente precariedad laboral, con salarios estancados y un mercado inmobiliario cada vez más inaccesible para los jóvenes adultos, lo que hace que la decisión de formar una familia sea más compleja y desafiante.
¿Cuánto cuesta tener una mascota en Estados Unidos?
En contraste, las mascotas, especialmente los perros y gatos, ofrecen un compromiso emocional sin los mismos niveles de responsabilidad financiera y logística.
Aunque el cuidado de una mascota también tiene costos asociados, como alimentación, atención veterinaria y otros gastos, estos son significativamente más bajos en comparación con los de un hijo. Además, las mascotas ofrecen una gratificación emocional similar a la que muchas personas buscan en los hijos, sin las presiones sociales y personales que conlleva la crianza de un niño.
Por otro lado, la vida moderna está marcada por una creciente individualización. Muchos adultos jóvenes valoran su independencia personal y profesional y ven en las mascotas una manera de experimentar la compañía y el afecto sin renunciar a sus aspiraciones personales o a la flexibilidad en su vida cotidiana.
Las mascotas, a diferencia de los niños, no requieren la misma dedicación de tiempo y energía, lo que permite a sus dueños mantener un estilo de vida más libre y adaptable. La posibilidad de viajar, cambiar de trabajo o mudarse sin las complicaciones asociadas a la crianza de hijos hace que tener una mascota sea una opción más atractiva para muchas personas.
El cambio en la "familia"
En términos culturales, la figura de la "familia" también ha experimentado una transformación. En lugar del modelo tradicional de una familia nuclear con hijos biológicos, la sociedad ha comenzado a ver a las mascotas como miembros de la familia.
De hecho, muchos consideran a sus mascotas como "hijos de cuatro patas", una extensión de la familia que ofrece compañía, amor incondicional y apoyo emocional. Las redes sociales han jugado un papel importante en esta transformación, con numerosas personas compartiendo imágenes y relatos de la vida con sus mascotas, lo que refuerza la idea de que las mascotas son una forma de "familia" moderna.
Pero, la decisión de no tener hijos y optar por tener mascotas no es universal ni está exenta de críticas. Para algunos, el tener hijos sigue siendo considerado un paso esencial en la vida, con un enfoque en la construcción de un legado y el deseo de perpetuar la familia.
Sin embargo, para muchos en Estados Unidos, especialmente en la generación millennial y la generación Z, las mascotas ofrecen una alternativa viable que satisface sus necesidades emocionales y sociales sin las complicaciones y responsabilidades asociadas a la crianza de niños.