Bye Slowson, Hola Yuki Tsunoda 👋🏼 La novela de Red Bull Racing vivió otro capítulo esta semana y los edits de Yuki con el traje del equipo se volvieron realidad. La escudería de los toros rojos anunció que Tsunoda ocupará el lugar de Liam Lawson tras apenas tres carreras. El equipo no tuvo paciencia, y tomó esta decisión rotunda después de ver al neozelandés clasificar último en dos ocasiones y quedar fuera de los puntos. Según De Telegraaf, Honda respaldó la decisión en una reunión clave en Dubái. Ahora, el piloto japonés llega con mucha expectativa y un desafío monumental.
La caída de Lawson, en la pista y fuera de ella
Liam Lawson, quien comenzó la temporada como una promesa, se convirtió en el ejemplo más reciente de lo difícil que resulta triunfar bajo la sombra de Max Verstappen. Sus resultados en Australia y China fueron catastróficos, terminando último en clasificación y carrera. Las estadísticas lo condenaron. Parte de los fanáticos criticaron el cambio, señalando que dos fines de semana no son suficientes para adaptarse al auto más impredecible de la parrilla.
“No tiene confianza en el auto, y eso define todo en Fórmula 1”, afirmó Jonathan M. Gitlin en un análisis de Ars Technica. Y es que en un Red Bull cada vez más difícil de manejar, los errores se pagan con el destierro inmediato. Lawson ahora regresa a Racing Bulls, pero con una reputación cuestionada.
Si sus resultados ya no convencían, su polémica fuera de la pista puso más combustible al fuego. Durante el Gran Premio de México, le sacó el dedo del medio a Sergio Pérez, esto encendió redes sociales y encabezó titulares. Incluso su propio padre lo reprendió por ese momento tan poco profesional. "Me lo merecía", confesó Lawson en una entrevista más tarde, pero no dejó de remarcar que no está en Fórmula 1 para hacer amigos.
Ese carácter irreverente no encajó con la exigencia de Red Bull, un equipo donde la paciencia no es una virtud. Entre críticas de pilotos veteranos como Fernando Alonso y las burlas en redes, Liam enfrentó un entorno hostil. A pesar de insistir que no va buscando enemigos en pista, su estilo aguerrido lo puso constantemente bajo la lupa. PlanetF1 subrayó que mientras Verstappen puede ser perdonado por conductas rudas, Lawson no tuvo la misma suerte bajo los reflectores.
¿Qué hace tan complicado manejar el Red Bull?
Más que un auto de Fórmula 1, el RB21 es una bestia indomable. Max Verstappen, con su estilo agresivo, vive pidiendo un auto con un frente extremadamente directo que le permita tomar las curvas con precisión quirúrgica. El problema aparece en la trasera, volátil e impredecible para quienes no poseen su talento. Alex Albon describió esta experiencia como “jugar un videojuego con la sensibilidad al máximo”.
Christian Horner admitió que el equipo sigue siempre las preferencias de su campeón. "El auto responde a sus demandas, con un frente tan agresivo que intimida a cualquier otro conductor", explicó, según Sportskeeda. Este comportamiento destruye la confianza de quienes intentan adaptarse. Gasly, Albon y Pérez lo vivieron en carne propia.
El "efecto Verstappen" y sus daños colaterales
Desde que Verstappen subió a Red Bull en 2016, el equipo giró completamente en torno a él. Sus compañeros han quedado opacados constantemente, siendo incapaces de igualar sus números. Durante su tiempo con Checo, Max dominó el 90% de las clasificaciones y acumuló 285 puntos más. The Athletic recordó que ni Ricciardo, con experiencia y talento, pudo sostener el ritmo.
Para quienes comparten garaje con él, la presión viene de todos lados: un equipo con tolerancia cero al fracaso, medios que amplifican cada error y fanáticos cada vez más críticos. No solo peleas contra Max en pista, compites con su imagen casi mítica.
Yuki Tsunoda llega con experiencia, pero... ¿es suficiente?
Yuki llega en un momento clave de su carrera. Honda lo apoya en su Gran Premio de casa, pero su pasado muestra luces y sombras. Durante 2024, superó a sus compañeros en clasificación en el 63% de las ocasiones y logró puntos con un auto inferior, según datos de GPBlog. Aunque sus resultados nunca fueron espectaculares, su agresividad en pista parece encajar mejor con las expectativas de Red Bull que los intentos poco convincentes de Lawson.
Tsunoda debe probar que Red Bull no se equivocó al otorgarle esta oportunidad. El equipo, famoso por su impaciencia, no dudará en tomar decisiones drásticas si Yuki no alcanza los estándares. Lo que me pregunto es, ¿qué hará Red Bull si Yuki no da resultados? ¿Subirán a otro? ¿A quién? ¿O pensarán en fichar a otros pilotos veteranos? Más que nunca, el tiempo apremia. Para Yuki, el reto es claro: sobrevivir en la silla más caliente de toda la Fórmula 1.