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Guía de supervivencia: las grandes compañías (Google, Amazon, BlackRock, Tether y más) bailan al ritmo de la nueva administración para evitar sanciones económicas o legales

En la nueva era de la Casa Blanca, los negocios ya no se cierran solo en salas de juntas, sino también bajo las nuevas políticas de Washington

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Si no puedes con el enemigo, únete. Foto: diseño ETL

En la nueva era de la Casa Blanca, los negocios ya no se cierran solo en salas de juntas, sino también bajo las nuevas políticas de Washington.

Entre líneas. Con Donald Trump de vuelta en el centro del poder, las grandes corporaciones han entendido que la mejor estrategia para evitar sanciones, regulaciones o incluso ataques personales en Truth Social es alinearse con sus prioridades. Ahora, todo es cuestión de seguridad nacional… o al menos de venderlo como tal.

Desde gigantes tecnológicos hasta petroleras, pasando por empresas de criptomonedas y automotrices, todas han encontrado una manera de presentar sus negocios como vitales para los intereses de Estados Unidos.

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No importa si se trata de adquisiciones multimillonarias, fusiones, inversiones o incluso acuerdos con gobiernos extranjeros: si una compañía quiere operar sin problemas, debe encontrar la forma de hacer que su éxito parezca el éxito de Trump.

Las empresas bailan al ritmo de la Casa Blanca

Corporaciones como Google, Chevron, BlackRock y Tether están modificando sus discursos para alinearse con la narrativa de la Casa Blanca.

Ya no basta con ofrecer innovación o crecimiento económico, ahora hay que demostrar que el negocio protege los intereses de Estados Unidos.

Google, por ejemplo, intenta que la compra de Wiz por $32,000 millones sea vista como un escudo contra ciberataques chinos, mientras que HPE y Juniper justifican su fusión de $14,000 millones como una medida clave para competir con Huawei en la batalla del 5G.

Las recompensas pueden ser enormes. Hyundai, por ejemplo, anunció una inversión de $21,000 millones en Estados Unidos, y Trump le prometió que no pagará aranceles.

Otras empresas como Apple, Nvidia y SoftBank han hecho movimientos similares, entendiendo que invertir en Estados Unidos con una narrativa pro-Trump es la mejor póliza de seguro contra medidas económicas adversas.

De criptomonedas a petróleo: todos quieren entrar en el juego

No importa el sector: todas las industrias han encontrado una forma de encajar en el nuevo esquema de poder. Tether, el gigante de las criptomonedas, ha pasado de ser visto con desconfianza en Washington a presentarse como un actor clave para la estabilidad financiera del país. Su CEO, Paolo Ardoino, asegura que su stablecoin protege al dólar frente a la desdolarización impulsada por China y otros países BRICS.

Chevron intentó una jugada similar en Venezuela, advirtiendo que si la empresa se retiraba, China e Irán ocuparían su lugar. Sin embargo, en este caso, la estrategia no funcionó y el Departamento del Tesoro les ordenó cerrar operaciones. Aun así, el mensaje quedó claro: si una empresa quiere ser escuchada en Washington, debe demostrar que su negocio es clave para la seguridad nacional.

El tributo a Trump: la clave para evitar problemas

No solo las empresas han aprendido esta lección; líderes mundiales también han entendido que si quieren evitar sanciones o represalias económicas, más vale llevar un regalo a la mesa.

México, por ejemplo, desplegó 10,000 tropas en la frontera para ayudar a reducir la inmigración ilegal, una de las promesas clave de Trump. Esto le ha valido un trato preferencial frente a Canadá, que ha sido blanco de amenazas de tarifas y hasta sugerencias de que debería convertirse en el estado 51 de Estados Unidos.

Incluso empresas como Meta y X han optado por arreglos financieros para mantener la paz. Meta acordó un pago de $22 millones para ayudar a financiar la biblioteca presidencial de Trump después de haberlo vetado de su plataforma.

X, propiedad de Elon Musk, también pagó $10 millones en un acuerdo similar. El mensaje está claro: en la era Trump, es mejor llegar con un regalo antes de esperar un golpe.

¿Negocios o simple supervivencia?

En un mundo donde la política y los negocios están más entrelazados que nunca, las empresas han entendido que la mejor estrategia no es solo generar ganancias, sino garantizar que sus movimientos sean percibidos como aliados de la Casa Blanca.

De lo contrario, el camino puede estar lleno de sanciones, bloqueos y ataques públicos que pueden hacer tambalear hasta a los gigantes más grandes. En la era Trump, no se trata solo de hacer negocios, sino de hacerlos en los términos correctos.

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