Kilmar Abrego García, un residente de Maryland, fue deportado a El Salvador por “error”. Aunque un juez había dictaminado que no debía ser enviado a ese país por riesgo de persecución, el gobierno lo incluyó en un vuelo con supuestos miembros de pandillas y envió a CECOT, la cárcel símbolo del control absoluto del gobierno salvadoreño.
ICE reconoció que se trató de una “falla administrativa”. El Departamento de Justicia, por su parte, no niega la deportación ilegal, pero asegura que ya no hay nada que hacer: El Salvador tiene la custodia y, francamente, no ven viable pedir que lo devuelvan.
Alegan que Abrego García es un “miembro de la MS-13”, aunque no tiene condenas ni en Estados Unidos ni en ningún otro país, y las supuestas pruebas incluyen un hoodie de los Bulls y una declaración sin firma de un informante. La defensa, por su parte, lo niega todo.
El vicepresidente JD Vance se apuró en calificar al inmigrante como un “ilegal” que debería estar encerrado.
Mientras que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró este lunes que todos los integrantes de un nuevo grupo de personas deportadas al país centroamericano desde Estados Unidos, para que estén en CECOT, son "asesinos" y "delincuentes de alto perfil".
Deportación de Kilmar Abrego García
El equipo legal de Ábrego García, respaldado por su familia, refuta estas acusaciones de las bandas y subraya la importancia crítica de cumplir las órdenes de los tribunales de inmigración.
"El precedente amenaza la credibilidad de las decisiones judiciales", explicó a AP News el abogado Simon Sandoval-Moshenberg. Mencionó las conexiones fiscales de EE.UU. con El Salvador en relación con el encarcelamiento de Abrego García, sugiriendo un enfoque diplomático como solución.
El viaje de Ábrego García desde El Salvador fue impulsado por la presión de las bandas en su país. El negocio de aperitivos de su familia, una pupusería, se enfrentaba a extorsiones y amenazas, lo que les obligó a él y a su hermano, César, a buscar refugio en Estados Unidos.
Llegado alrededor de 2011, Ábrego García se estableció con su hermano en Maryland. Aunque en 2019 un informante no identificado le acusó de tener conexiones con las bandas, los abogados de Ábrego García refutaron cualquier vínculo con la MS-13 o lazos en Nueva York, donde se originaron las acusaciones.
Un juez de inmigración denegó en su día su solicitud de asilo, pero le protegió de la deportación, reconociendo la situación de riesgo vital a la que se enfrentaba en su país. Tras su liberación, construyó una vida con Vásquez Sura, ciudadana estadounidense, formando una familia mixta.