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¿Instagram fomenta tu narcisismo? (O el problema siempre fuiste tú)

El narcisismo se entiende como una obsesión con la propia imagen y los logros, a menudo acompañado de una falta de empatía hacia los demás.

Las personas que toman muchas selfies experimentaron un incremento en rasgos narcisistas de un 25%. | Foto: cottonbro studio/Pexels.

¿Narcisismo disfrazado de selfies? Tal vez. Si alguna vez te obsesionaste con cuántos "likes" acumulaste, no estás solo. Resulta que las redes sociales son mucho más que un scroll infinito, también están ratificando nuestro amor propio… o la falta de él. Pero, ¿qué tan lejos estamos llevando esta obsesión? La ciencia tiene respuestas, y no son precisamente halagadoras.

Instagram, la fábrica moderna de narcisistas

El narcisismo se entiende como una obsesión con la propia imagen y los logros, a menudo acompañado de una falta de empatía hacia los demás. Según Newport Institute, se divide en dos caras de la misma moneda. Por un lado, está el narcisismo grandioso, con su búsqueda incesante de atención y confianza desbordante. Por otro, el narcisismo vulnerable, lleno de inseguridad y hambre de aprobación. Ambos tipos tienen algo en común: un obsesivo enfoque en el "yo".

Aunque parezca broma, el poder de un like es capaz de hacer maravillas (o desastres). Newport Institute explica que cada reacción en redes activa una descarga de dopamina en el cerebro, similar a lo que ocurre con otras formas de recompensa. Esa tacita de autoestima digital puede parecer inofensiva, pero aquí está el giro dramático: un estudio citado por WbMed encontró que personas que toman muchas selfies experimentaron un incremento en rasgos narcisistas de un 25%. Efectivamente, los filtros no solo mejoran la luz, también inflan el ego.

Las plataformas como TikTok o Instagram, donde todo se trata de destacar y compartir, están diseñadas para favorecer esta dinámica de autoadmiración. Es como darle una lupa al reflejo en el espejo.

Seguridad… o pura fachada

Muchos creen que estas actitudes reflejan confianza, pero, sorpresa, no siempre. El estudio publicado en PLoS ONE descubrió que los usuarios más adictos a Facebook tenían altos niveles de ansiedad. Los perfiles impecables que vemos no son señales de seguridad, sino de una lucha constante por validación.

Lena Derhally, autora de The Facebook Narcissist, pone el dedo en la llaga al afirmar que "el mundo filtrado y perfecto de las redes contribuye a que los adolescentes enfrenten mayores tasas de dismorfia corporal". Y sí, esto no es un trending topic que debemos ignorar.

Millennials y Gen Z, las víctimas perfectas

Los adultos jóvenes llevan la peor parte de esta tendencia. La psicóloga Jean Twenge, quien culpa en parte al "movimiento de autoestima" de los 70 y 80, esa época donde todos los niños se consideraban únicos y especiales. Cuando a eso se suma el constante bombardeo de likes, filtros y seguidores, la mezcla se vuelve explosiva.

El psicólogo Keith Campbell, con su característico toque frontal, señaló que ya no es que haya más narcisistas, sino que las redes son sus megáfonos. Y, claro, lo que antes era molesto en reuniones familiares ahora tiene millones de vistas.

¿El narcisismo tiene fecha de caducidad?

La buena noticia es que no todo está perdido. Según comentó al New York Post el psicólogo Ulrich Orth, el narcisismo tiende a disminuir con la edad. Su estudio, que involucró a 37,000 personas, demostró que las responsabilidades familiares, fracasos y experiencias reales suelen aterrizar el ego. Pero el panorama no es tan optimista. Orth también aseguró que quienes fueron altamente narcisistas en su juventud rara vez cambian por completo, porque esta característica resulta "un rasgo estable de personalidad".

¿Cómo usar las redes sin perder la cabeza?

Aunque desconectarte por completo parece tentador, tampoco es la solución mágica. Según Newport Institute, lo importante no está en eliminar las redes, sino en aprender a manejarlas de forma saludable. Aquí unos tips picosos:

  • Evalúa tu consumo: haz un control personal y descubre cómo te sientes antes, durante y después de usarlas.
  • Bájale al filtro: recuerda que tus “imperfecciones” te hacen único, sin necesidad de un skin-smoothing extremo.
  • Desenchúfate más seguido: a veces pasa que lo digital encubre lo que no queremos enfrentar en el mundo real.
  • Deja de buscar la aprobación: las opiniones online no definen tu valor, a menos que las dejes.

Por último, busca apoyo si sientes que las redes están ocupando demasiado espacio en tu vida. Los especialistas coinciden que equilibrar pantalla y realidad abre la puerta a relaciones más sanas.

No se trata de apagar todas las notificaciones, pero sí de encontrar el balance entre compartir y vivir. Las generaciones actuales enfrentan un reto único, pero también tienen las herramientas para no perder el rumbo. Y aunque no te deslikes completamente de las redes, asegúrate de mantener tu verdadero yo fuera de las pantallas. El tú auténtico siempre será trending topic.

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