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7 mitos sobre el cáncer de mama (y la verdad que puede salvar tu vida)

Aunque representa menos del 1% de los casos, los hombres suelen ser diagnosticados en etapas avanzadas.

Muchas personas creen que si no presentan síntomas visibles o no sienten dolor, están libres de riesgo. | Foto: cottonbro studio/Pexels.

El cáncer de mama está rodeado de mitos que, lejos de ayudar, pueden generar confusión y retrasar diagnósticos cruciales. Por eso, la doctora Lina Romero, cirujana especialista en cáncer de mama, nos guía para desmentir estas creencias y ofrecer información basada en hechos. Este artículo no solo busca aclarar dudas, sino también empoderar a las mujeres (y hombres) para que tomen el control de su salud.

"Si soy hombre, no debo preocuparme por el cáncer de mama"

Es cierto que el cáncer de mama afecta mayoritariamente a mujeres, pero los hombres también están en riesgo. Aunque representa menos del 1% de los casos, los hombres suelen ser diagnosticados en etapas avanzadas porque no identifican los síntomas, como bultos, inflamación o secreciones en el pezón.

Según los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), factores como el envejecimiento, mutaciones genéticas en los genes BRCA y el historial familiar aumentan el riesgo en los hombres.

"No me siento mal, ¿cómo voy a tener algo?"

Muchas personas creen que si no presentan síntomas visibles o no sienten dolor, están libres de riesgo. Sin embargo, la doctora Lina Romero enfatiza que el cáncer de mama en etapas tempranas suele ser silencioso. Una mamografía puede detectar pequeñas anomalías mucho antes de que el cuerpo dé señales claras. Así que sentirse bien no es garantía de estar completamente saludable.

"Si me toco los senos, podría causarme cáncer"

Nada más lejos de la realidad. La autoexploración mamaria es una herramienta esencial para identificar irregularidades de manera temprana. Tocarte los pechos no genera cáncer, pero ignorar anomalías podría retrasar un diagnóstico. La doctora Romero recalca que "conocer tu cuerpo no solo te empodera, también es el primer paso para identificar cualquier señal de alerta".

"Las mamografías causan cáncer"

Es común escuchar que hacerse varias mamografías puede provocar cáncer debido a la radiación. Pero no te preocupes, la cantidad de radiación utilizada en estos procedimientos es mínima y está controlada. Su beneficio, que es la detección temprana de tumores, supera ampliamente cualquier temor infundado.

La US Preventive Services Task Force recomienda mamografías cada dos años para mujeres entre 40 y 74 años, o antes si hay antecedentes familiares o síntomas. Mantener estas revisiones en tu rutina de cuidado puede marcar una gran diferencia.

"Soy joven. Eso no me afecta"

El cáncer de mama no discrimina por edad. Aunque es más común en mujeres mayores de 50 años, la ACS reporta que los casos en menores de 50 están aumentando rápidamente. En particular, las mujeres jóvenes latinas representan el 29% de los nuevos diagnósticos cada año. Este aumento, especialmente en subtipos agresivos como el triple negativo, demuestra la importancia de estar al tanto de riesgos a cualquier edad.

"Una biopsia puede propagar el cáncer"

Es común escuchar este mito entre pacientes que temen pasar por este procedimiento. Creen que si le ponen una aguja, el cáncer se va a expandir. Pero esto no es así.  Los procedimientos están diseñados con total seguridad y no tienen ningún impacto en la propagación de las células malignas. Al contrario, una biopsia es vital para confirmar el diagnóstico y definir el tratamiento correcto.

"No tengo antecedentes familiares, así que no debo preocuparme"

Aunque los antecedentes familiares son un factor de riesgo importante, el 85% de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres sin historial genético conocido, según la ACS. Además, es frecuente que las familias no hablen de enfermedades pasadas, lo que puede hacer que no sepas si hay más casos de los que imaginas. Hablarlo y conocer tu historia familiar puede salvar vidas.

"Mi fe me protegerá"

La fe es un gran pilar emocional, pero confiar únicamente en ella y evitar chequeos médicos puede ser perjudicial. Como bien dijo la doctora Romero: “Dios puso a los médicos en la Tierra para ayudarnos”. Aferrarse únicamente a la fe y evitar los exámenes médicos puede ser perjudicial. Combinar ambos enfoques es la mejor forma de proteger tu salud.

¿Es necesario quitarse los senos para prevenir?

Tal vez una de las preguntas más comunes últimamente, y no es para menos. El caso de Angelina Jolie encendió el interés cuando decidió someterse a una mastectomía preventiva tras descubrir que tenía mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, que aumentaban su riesgo de cáncer de mama hasta un alarmante 80%.

Su decisión fue valiente, pero no significa que todas las mujeres deban tomar medidas tan drásticas. Como explica la doctora Lina Romero, "estas cirugías están pensadas para mujeres con un riesgo genético extremadamente alto. Para la mayoría, los chequeos regulares, como mamografías y consultas con un especialista, son más que suficientes para mantenerse saludables".

El problema, especialmente en comunidades latinas, es el acceso restringido a pruebas genéticas. Muchas mujeres no saben que podrían estar en riesgo simplemente porque no tienen la posibilidad de realizarse estos exámenes. La doctora Romero enfatiza que "conocer tu predisposición genética no solo da tranquilidad, también te ayuda a tomar decisiones informadas. Si resulta que tienes altos factores de riesgo, hablar con tu médico sobre todas las opciones es esencial".

Al final, lo importante es recordar que cada caso es único. Un médico especializado puede ayudarte a entender tu situación y a definir el mejor camino para protegerte, sin miedo y con toda la información en tus manos.

Desmontar los mitos sobre el cáncer de mama no se trata solo de aclarar conceptos, sino de empoderarnos con las herramientas necesarias para cuidar nuestra salud. La prevención, la educación y la acción informada son gestos de amor propio que pueden marcar la diferencia. Recuerda que escuchar a tu cuerpo, acudir a chequeos regulares y confiar en los profesionales de la salud son pasos esenciales para protegerte.

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