El reciente cruce de la media móvil de 50 días por debajo de la de 200 días —conocido como “death cross”— encendió las alertas en Wall Street. Técnicamente, esta señal sugiere una transición de una corrección de corto plazo a una tendencia bajista sostenida. Exacto: una X pronunciada.
Sin embargo, los datos históricos muestran una imagen más matizada: en más de la mitad de los casos en 50 años, esta señal apareció después del peor momento de la caída.
Un historial mixto. Desde 1974, el S&P 500 ha experimentado 24 cruces de la muerte. En el 54% de los casos, el índice ya había tocado fondo cuando apareció la señal. Incluso en el corto plazo, su efecto no es tan letal: veinte días después, solo cae el 52% de las veces y con pérdidas promedio de apenas 0,5%.
Treinta días después, el 60% de las veces el índice sube. O sea, no es un veredicto final, sino una advertencia que a veces llega tarde.
¿Señal bajista o punto de inflexión? Más allá de las estadísticas, los analistas creen que ya hubo una capitulación importante, con máximos en el índice de volatilidad y señales de pánico vendedor.
Para algunos, como Adam Turnquist, lo que se perfila ahora es una posible recuperación en forma de V. Si el patrón se repite como en 2018 o 2020, la cruz de la muerte podría ser solo un falso presagio. Si se repite: en bold y cursiva.