La vida ya no será la misma en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR, por sus siglas en inglés), pues avanza el plan del presidente Donald Trump para iniciar la extracción de petróleo en esa región.
Aunque durante el gobierno de Joe Biden se logró mantener la tranquilidad para las especies que habitan en los 23 millones de acres que conforman al refugio, desde el primer día que el republicano de 78 años volvió a la Casa Blanca, firmó una orden para explotar los recursos energéticos ocultos en el subsuelo de Alaska.
Bajo este enfoque, el Departamento del Interior informó que pretende abrir a la explotación el 82% de la Reserva Nacional de Petróleo, ubicada en el Ártico Occidental de Alaska.
Además, se anticipa la revocación del bloqueo del Proyecto Ambler Road, una propuesta de carretera de 211 millas que se conectaría con un distrito minero de tierras raras y otro proyecto que habilitaría un gasoducto.
A pesar de que el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico es el hogar de animales como osos pardos, osos polares, lobos grises, caribúes y más de 200 especies de aves, el actual gobierno el actual gobierno prioriza el progreso económico de Alaska y desestima el impacto ambiental.
De hecho, algunos grupos locales han manifestado su deseo de realizar perforaciones incluso en tierras que eran consideradas sagradas por el pueblo Gwich'in.
“Como única comunidad dentro de los 19 millones de acres de la ANWR, hemos luchado durante años por nuestro derecho a la autodeterminación y al desarrollo económico local en nuestras tierras indígenas”, expresó Charles Lampe, presidente de la Corporación Iñupiat Kaktovik.
Mediante una declaración escrita, Doug Burgum, secretario del Interior, se refirió a la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Alaska a partir de la explotación de sus recursos naturales.
“Es hora de que Estados Unidos adopte los recursos abundantes y en gran medida sin explotar de Alaska como un camino hacia la prosperidad para la nación, incluidos los habitantes de Alaska. Durante demasiado tiempo, el gobierno federal ha creado muchas barreras para capitalizar el potencial energético del estado. El Departamento del Interior se compromete a reconocer el papel fundamental que desempeña el estado de Alaska para satisfacer las necesidades energéticas de nuestra nación, a la vez que brinda enormes oportunidades económicas a los alaskeños”, indicó.
Cabe señalar que, durante su primera etapa en la Casa Blanca, Donald Trump también abrió a la perforación cerca de 82% de la Reserva Nacional de Petróleo, es decir, un 30% más de lo permitido por su antecesor, Barack Obama.
La controversia aumentó cuando, en 2019, la Oficina de Administración de Tierras de Estados Unidos publicó una declaración sobre el impacto ambiental en la región, donde estimaba que el petróleo disponible para extraer y quemar generaría entre 0.7 y 5 millones de toneladas métricas adicionales de dióxido de carbono anuales, cantidad equivalente, en ese momento, a la emisión anual de cerca de un millón adicional de automóviles.