En apenas 100 días de gobierno, la administración de Donald Trump se enfrascó en una cirugía mayor al sistema de salud de Estados Unidos. Las medidas tomadas, desde recortes presupuestarios hasta la reestructuración de agencias enteras, lanzaron al caos a un sistema ya frágil y dejaron a pacientes y expertos preguntándose si se está operando el cuerpo sin anestesia.
Menos manos, más incertidumbre
Un golpe directo se siente en el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), encargado de casi la mitad de los gastos domésticos. Trump eliminó más de 20,000 empleos en esta agencia, uno de los engranajes más importantes del sistema de salud de Estados Unidos. Esta decisión paralizó programas cruciales, como el que atiende a los enfermos relacionados con el 11-S. Según Axios, la falta de personal está retrasando diagnósticos esenciales y dejando a miles sin tratamiento oportuno.
Menos fondos, menos cobertura
El plan de Trump amenaza con recortar la contribución federal a Medicaid, que actualmente cubre al 90% de sus beneficiarios gracias a la expansión de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA). Si el Congreso aprueba esta reducción, 20 millones de personas podrían perder cobertura en estados que no podrían financiar la diferencia, señaló NBC News.
Sin cobertura para obesidad
El gobierno de Trump eliminó una propuesta de Biden que exigía a Medicaid cubrir medicamentos como Wegovy y Ozempic, esenciales para combatir la obesidad. Estos fármacos, que cuestan más de $1,000 al mes, son la única opción para muchas personas. Stateline confirmó que, con esta decisión, millones se quedarán sin acceso a tratamientos que también combaten enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Desmantelando la ACA, pieza por pieza
Además de apuntar al Medicaid, Trump endureció las reglas para acceder a los seguros de la ACA. STAT News reveló que hasta 2 millones de personas podrían perder su cobertura debido a barreras adicionales en los requisitos para inscribirse. Hospitales e instituciones de salud han mostrado alarma por el impacto que esto podría tener en sus pacientes y han solicitado un retraso en la implementación de estas reglas.
Transparencia con esteroides
No todo son recortes. Trump firmó una orden ejecutiva para obligar a hospitales y aseguradoras a presentar precios claros antes de que los pacientes reciban atención médica. Sin embargo, los resultados han sido más espectáculo que sustancia. The Daily Wire alertó que muchas facturas aún llegan con montos inesperados, lo que deja a los pacientes sin control real sobre los costos.
Adiós vacunas, hola burocracia
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), debilitada por recortes de personal, ha retrasado aprobaciones clave, incluyendo la de la vacuna Novavax contra el COVID-19 y otras posibles amenazas virales como la gripe aviar. NBC News informó que la FDA exigió nuevos ensayos clínicos para la vacuna de Novavax (que ya tenía resultados previos), algo que podría desacelerar la disponibilidad general de inmunizaciones. Estas demoras ponen en peligro la lucha contra amenazas virales, afectando la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias.
Salud mental en la mira
Mientras las tasas de suicidio en jóvenes LGBTQ+ son cuatro veces más altas que en otros grupos, la administración está considerando cortar los fondos de servicios especializados en el 988, la línea de prevención de suicidios. Según CNN, más de un millón de personas LGBTQ+ han usado esta línea desde 2022. Organizaciones como The Trevor Project advirtieron que eliminar este apoyo pondría vidas en peligro y dejaría estas comunidades aún más vulnerables en un país donde el acceso a servicios ya es desigual.
Recortes con impacto femenino
La administración de Trump no tardó en atacar los derechos de las mujeres. Aunque el HHS retrocedió parcialmente en su intención de eliminar los fondos de la Women's Health Initiative, los recortes globales a la investigación médica, de hasta un 35%, mantienen al programa en la cuerda floja. Según Axios, este retroceso amenaza proyectos clave sobre enfermedades crónicas en mujeres y deja a miles de científicas al borde de perder sus carreras.
El panorama es aún más oscuro en términos de salud reproductiva. Trump abandonó demandas federales que protegían abortos de emergencia en estados como Idaho. Según The Guardian, muchas mujeres en situaciones críticas ahora deben viajar fuera de su estado para acceder a atención que podría salvar sus vidas.
Desde la anulación de Roe v. Wade, 14 estados han prohibido el aborto casi por completo, lo que ha disparado la cantidad de nacimientos forzados y aumentado la mortalidad materna hasta en un 3%. Estas medidas han dejado a millones de mujeres enfrentando un sistema casi impenetrable para ejercer control sobre sus propios cuerpos. El acceso a la salud reproductiva ya no es un derecho, sino un lujo inalcanzable para muchas.
Historias de abandono
El retroceso en política de salud pública se traduce, además, en una relación desigual con los pacientes. En estados “blue”, algunas ciudades recurren a internamientos involuntarios para abordar problemas de salud mental y adicción, en un intento por manejar las crisis de indigencia y criminalización asociadas. Como reportó Axios, iniciativas como "Care Courts" en California han sido criticadas por sus fallos tempranos, mientras que en Nueva York las disparidades raciales en el sistema de salud mental no han hecho más que crecer.
100 días que sacudieron la salud pública
Más allá de los golpes al Medicaid y la ACA, Trump ha impulsado restricciones en programas globales como Gavi, que vacuna contra enfermedades como el COVID-19 o el ébola, según The Hill. Además, se han cortado fondos para investigaciones biomédicas y se desmanteló la Agencia de Desarrollo Internacional (USAID), afectando a miles de proyectos de salud que impactan a países en desarrollo.
No todo es pesimismo. Expertos como Benjamin Chevat, de 9/11 Health Watch, y defensores comunitarios están presionando al Congreso para evitar recortes mortales en programas críticos. La pregunta es si el gobierno escuchará antes de que sea demasiado tarde.
El sistema de salud es el corazón de la nación y parece estar latiendo de manera errática bajo esta nueva administración. Mientras unos celebran el mandato de "eficiencia", otros advierten que estas decisiones podrían dejar cicatrices que el país tardará décadas en sanar.